¿El mundo es un puzzle?, ¿la vida es
acaso una necesidad de buscar las piezas con las que uno encaja? El
lugar al que pertenece. ¿De eso se trata? ¿Y habrá taras? Gente
que no encaja en ningún sitio, gente sin hogar, sin pertenencia.
Piezas solitarias y rechazadas que vagan por ahí, sin saber qué es
lo que sucede, por qué ellas no tienen un lugar. ¿Es eso la vida?
¿Soy yo una tara? Creo que esa es, en realidad, la gran pregunta,
¿no?
Nómadas de la estación, ¿sois
vosotros felices? Siendo solo uno, sin miedos ni pretensiones. A veces creo que nos hacen pensar que sois los raros, cuando los
extraños en la vida somos los demás. “Ten un buen trabajo,
estudia para tenerlo ¡cuánto más mejor! Aspira a más, siempre a
más, si no quieres más, habrás fracasado”. ¿Más de qué? Eso
me pregunto. Más de qué. Más estrés, más frustraciones, más
metas inalcanzables. Más, más, más, queriendo ser siempre mejores,
inconformistas. Ambiciosos, como si eso fuera algo bueno. Queriendo
acaparar el río cuando lo contemplamos, como si contemplarlo no
fuera suficiente. Así vivimos, en un río que nos ahoga, en unas
aguas turbulentas que intentamos domar. Con lo fácil que sería
dejarnos llevar por ellas, ¿verdad? Tan sencillo como respirar.
Personas sin etiqueta, ¿estáis bien
como estáis? Sin encajar en ningún grupo, sin formar parte. Siendo
solo vosotros mismos. Con todas esas deliciosas contradicciones que
hacen al hombre, a la mujer, a la persona. Con esa posibilidad de
cambio sin juicio, fluyendo con las experiencias, satisfechos con lo
que un día gusta y al siguiente no. ¿Por qué la gente busca listas
de gustos en vez de a otras personas?, ¿por qué tenemos que ser
iguales para llevarnos bien?, ¿por qué necesitamos un espejo para
reír en vez de a otra nota diferente? Como si la igualdad fuera
hecha de películas, la confianza de listas de reproducción
y el amor de pasatiempos. ¿Desde cuando la fidelidad se
gana así, y no con valores? ¿Por qué nos cuesta estar para los
demás, por qué a los demás les cuesta estar para nosotros? La vida
es un entretejido de personas diferentes y apoyos asombrosos; es más
fuerte una hermandad que una amistad o un colegueo, pero nadie parece
dispuesto a confiar y ser confiable. Sobre todo, ser confiable.
No entiendo al Mundo. No entiendo qué
nos guía. No entiendo por qué pensamos que seguimos un camino
cuando en realidad vamos a la deriva, sin saber nada ni ver nada ni
dejarnos acompañar nunca. No entiendo por qué hay que tener un buen
trabajo. No entiendo por qué hay que viajar en este frenetismo
insoportable, mirando a los demás por encima del hombro, no
dejándoles entrar en nuestras vidas. No entiendo nada, y así vivo.
Ni encajo, ni desencajo. Solo estoy. Como la mayoría, solo estoy.
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