Él se parece a un café helado por la mañana. Su humor no es el mejor a esas horas, pero no puedo evitar querer un poco más. ¿He dicho cuanto me gusta el café? Aunque esté frío, siempre lo tomo. Y me deleito en su amargura, y le echo un poco de azúcar para poder apreciar mejor su sabor.
Aunque a veces haga muecas y me queje, siempre me ha encantado un poco de café helado recién levantada, igual que aguantar sus sarcasmos con una sonrisa escéptica, como si fuera lo mejor del día, y no la pasión con la que me besa por las noches.
Un café asomada al balcón, observando la ciudad despertar bajo mis pies. Y que me rodee con sus brazos y me quite la taza, porque a él no le apetece hacerse uno a estas horas. Entonces, yo suelo replicarle. Pero él siempre sabe callarme, con un beso que es más el recuerdo de la noche anterior que otra cosa.
Pero que al fin y al cabo me deja buen sabor de boca. Sabor a café helado por la mañana.
Wow. Tengo mucha gente que cuadra en este. Fascinante, en serio. Creo que incluso yo encajo un poco allí, aunque no soy cafetero a pesar de ser de origen Colombiano.
ResponderEliminarGenial cómo siempre.
From the lord of the Netherworld
Laharl the awesum
Ohhhh, Met querida, me encantóoo.
ResponderEliminarEs una analogía entretenida y yo también amo el café, así que no pude evitar asociarlo con "mi vecino el sexy" un poco XD.
Genialosamente genial, como dijo el amarga-infancias de arriba <3
Un besote.
Smiling.