El amargo sabor de
la Decepción en el paladar, cosquilleando en la nuca, recorriendo la columna
vertebral. Penetrando lentamente en los ojos como un picor, como un nudo que
asciende por la garganta y acaba abrasando en las mejillas. Un beso en el
cuello, traicionero y obsceno. Un puñetazo al estómago. Una puñalada al corazón
y por la espalda. Rompe los esquemas y quema las ilusiones, las relaciones. Un sobresalto
que separa en dos lo que fue un todo. Avanza como una lengua sinuosa por los
Sentimientos, marchitando las Sonrisas y envenenando los Recuerdos. Arrasa con
la Alegría y pretende derrocar a la Confianza, allá en su gran torre,
impidiendo el paso al Dolor y la Desconfianza. Defiende al Amor y a la Amistad
de los embistes de la Mentira y la Envidia. Intenta que sean las Acciones y no
las Palabras sus fieles soldados. Y lucha con tesón y perseverancia, pero la
fuerza destructora de sus enemigos la supera a veces y entonces todo se
resquebraja. Las grietas se forman poco a poco con la llegada de las
tempestades, las Miradas Enturbiadas, las Discusiones y el Rencor. Cabalgan
entre los fuertes vientos del Pesimismo. Susurran desde dentro las pérfidas
voces de la Suspicacia. Demasiado es para la pobre Confianza, que impotente ve
cómo el muro que tanto tardó en alzarse rápidamente cae y se pierde en la
temida Nada. Y es increíble que no lo notemos en la mirada del que sufre. Su
desgarro, su cambio, su corazón oscureciéndose bajo el horrible cielo de miles
de esperanzas truncadas, de algo que fue bonito y termina siendo horroroso; un
algo que querremos borrar y de lo que jamás podremos desprendernos. Eso que nos
roba la ingenuidad que da un inocente, inexperto y genuino Lazo.
Cuando algo se rompe nunca será igual y es
increíble que no nos demos cuenta de cómo cambiamos la vida de alguien si la
traicionamos. Cuántas buenas y puras almas se habrán perdido bajo el férreo
puño de la Venganza, la Envidia o el Orgullo. Cuántos futuros de a dos que ya
no serán subyugados bajo la espada de la Crueldad, la Maldad y la Ambición.
Cuántas personas que ahora lloran por alguien que los engañó y les falló.
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