Bienvenidos.

Sonrisas que iluminan mundos sin saberlo.

No te enamores del villano.

No te enamores de un villano. No intentes quitarle la máscara de chico malo, no consigas ver más allá. No te encuentres al hombre roto, al vacío abrumador, al corazón que ya no late. No seas curiosa. No pretendas averiguar los motivos, los recuerdos, lo que la vida le ha hecho y le ha dejado de hacer. No intentes deshacer la madeja, ni sacarle una sonrisa. Pero, sobre todo, no lo consigas. No aguantes la respiración cuando le veas sonreír sinceramente por primera vez. Date la vuelta y vete; márchate lejos y no vuelvas. No mires nunca atrás. No le hables de ti misma. No abras tu corazón. No intentes curarle. No pretendas rehacer sus escombros, no te creas capaz de superar su odio. No creas que lo entiendes. No llores sus penas. No justifiques sus actos en tu mente.

No te enamores de un villano. Porque es un hombre roto detrás de la máscara, pero su corazón ya no late, se ha ido. La vida le ha jodido, y a ti te hace daño poder ver su dolor. Acabarás con tu inocencia mirando sus ojos, y luego no la podrás recuperar. Y su sonrisa es un recuerdo efímero que viene pocas veces y nunca se quedará. Porque él te escuchará pero no te entenderá. Y cuando el odio empiece a disiparse, cuando te vea llorar por cosas que no has vivido, entonces habrás caído. Y él lo sabrá. Y eso es malo, porque es un villano.

Te hará daño.

Prepárate para eso si, ingenua de ti, sigues creyendo que los pechos vacíos y los corazones que no laten aún tienen una oportunidad.

Prepárate porque cuando termines tu pequeña obra de caridad ya no habrá vuelta atrás. Habrás caído en el Abismo. Y ahí abajo hay una oscuridad que no terminará nunca (aunque quizás, con mucha -mucha- suerte  encuentres unos brazos rodeándote que te protejan en la caída, que te acompañen al fin del mundo).

La pregunta es: ¿merece la pena el riesgo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario