Bienvenidos.

Sonrisas que iluminan mundos sin saberlo.

Todo estaba bien.

"Así que si algún día quieres llamarme, llámame, 
y yo iré corriendo".

Llovía. 
Al menos, en su mente sí. 
En realidad era un día soleado, ¿sabéis? Brillaba un sol pálido y lejano de Invierno, y ella eral la que imaginaba las gotas que caían y disimulaban sus lágrimas. Imaginaba que nadie la miraba cuando la oía sollozar en mitad de la calle. Que todo estaba bien. 
Pero no, no lo estaba. Por supuesto que no. 
Solo que era más fácil fingir que no sucedía, y luchar por evadir la realidad al menos unos minutos más. ¿Era aquello cobarde?, ¿quizás era raro, o estúpido? ¿Acaso debía importarle lo que fuera? Mitigaba el dolor. Lo alejaba un poco, como una barrera de hielo rodeando su corazón. Un hielo fino y frágil que se rompería, claro que sí. Pero hasta entonces, podía seguir fingiendo que las lágrimas eran gotas de lluvia. 
Le bastaba. 
Paró al lado de un banco. Llevaba un buen rato andando. Ya no había nadie alrededor. Inspiró hondo y luchó por controlar la respiración. Fracasó, pero no le importó. No le importaba nada. Se sentó. El banco estaba frío, y la sensación traspasó sus pantalones y la estremeció. 
Había un árbol delante suya, a unos metros. No tenía hojas y había un tono blanquecino en él, seguramente por las heladas de la época. Deseó ser aquel árbol. Inamovible, inalterable. Sin sentimientos. Guardó las manos en los bolsillos y se arrebujó en su gruesa bufanda de lana. Cuánta calma, y qué poca armonía. 
El día empezó bien. Y de un momento para otro, todo se desmoronó ante sus narices. Se supo en ese momento sola, porque la compañía del árbol no contaba, y algo amargo se le instaló en el paladar y en el corazón. Intentar ignorarlo era una estupidez. Igual que la sensación que le quemaba en la garganta. Quería gritar. Necesitaba gritar. 
Pero no iba a hacerlo. 
Solo se quedaría allí, quieta, fingiendo ser un árbol en una helada mañana de invierno. 
Solo estando. 
Al menos, hasta que fuera inevitable enfrentar la realidad. 
Hasta entonces, todo estaba bien.

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